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jueves, 9 de febrero de 2012

Conceptualización de Gramática


Gramática I, módulo I




INTRODUCCIÓN:

Qué significa el término gramática depende de diversos factores. El término se utiliza en el lenguaje corriente por lo menos con tres significados distintos, independientemente de la visión teórica que se adopte. Por un lado, gramática se refiere al conjunto de reglas de combinación de unidades en un sintagma, en una lengua dada, definición que subyace a frases como: No sabe nada de gramática del inglés, pero habla bien. La concepción más tradicional de esta primera definición de gramática comprende al menos dos subdisciplinas: la morfología (derivativa y flexiva) y la sintaxis, a las que algunos autores suman la fonología. Por otro lado, una gramática de una lengua es una obra escrita que intenta describir, sistematizar y explicar las reglas mencionadas (así, decimos Me compré una gramática de inglés o Consulten diccionarios y gramáticas). Por último, la gramática también es la ciencia que se ocupa de estudiar e investigar los fenómenos vinculados con la primera definición; a esta tercera definición se remiten los nombres de las materias en una carrera terciaria o los contenidos curriculares. Esas tres definiciones –y particularmente la primera y la tercera– pueden sufrir modificaciones más o menos sutiles de acuerdo con la perspectiva teórica en juego. Así, para la gramática generativa, la gramática es un sistema de reglas internalizado por el hablante, muchos de cuyos principios son universales. Para ciertas visiones, como la gramática funcional, la gramática también debe ocuparse de otros niveles o componentes distintos de la sintaxis y de la morfología: la semántica y la pragmática. 

CONVENCIÓN DE LA LENGUA ESCRITA:

La lengua escrita, a diferencia de la lengua oral, posee un sistema notacional; éste es entendido como un conjunto de signos gráficos que tienen reglas que se deben respetar; estos signos gráficos se subdividen en dos tipos: la escritura alfabética (letras y signos de puntuación) y el sistema de cifras (números). 
Algunas de las características de la lengua escrita son:
·                            Canal visual: Tanto el escritor como el lector debe utilizar la vista para decodificar la información.
·                            Comunicación elaborada: El sujeto puede realizar sucesivas correcciones  sobre el texto, sin que se note y leerlo donde y como quiera.
·                            Comunicación diferida: Esto implica la ausencia del receptor, es por eso que se da en un tiempo y lugar no mediato.
·                            Comunicación duradera: Los escritos perduran en el tiempo. 
·                             Códigos no verbales: La utilización es mínima, un ejemplo de esto es el tipo de soporte y la disposición del texto en este.
·                            Interacción: No se produce una interacción durante la composición del texto. El escritor no podrá saber cuál será la reacción del lector.
·                            Contexto: El escrito es autónomo del contexto, el cual se va creando a medida que escribe el texto. 
La lengua escrita abarca tanto la lectura como la escritura, frecuentemente, se asocia enseñar a leer y escribir con el término de alfabetizar. Entendiéndose como un proceso indisociable.
Se cree que “... el aprendizaje de uno es consecuencia directa del otro. La lectura no es un derivado de la escritura ni su acción inversa (es decir, la escritura no deriva de la lectura) (...) leer  y escribir son diferentes y también lo son las operaciones que se ponen en juego...”

LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN:

Son herramientas de la escritura occidental surgidas con el objeto de hacer más entendible un texto. Se utilizan, principalmente, para indicar pausas.
La escritura es una forma de comunicación que implica una construcción lineal; dado que es imposible escribirlo todo al mismo tiempo, es necesario separar las ideas, jerarquizarlas y ponerlas en orden. Los signos de puntuación nos indican pausas obligatorias, supremacía de una frase sobre otra, y nos ayudan a interpretar y aclarar expresiones.
La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.
Fueron necesarios por lo menos quince siglos para que se produjera la separación gradual de las letras de los textos en palabras y frases. En los comienzos de la Edad Media se adopto la costumbre de formar las frases en líneas separadas; luego aparecieron la coma y el punto; posteriormente se adoptaron las mayúsculas iniciales, los paréntesis, la separación entre párrafos, hasta llegar a la diversidad de signos que tenemos hoy. Este desarrollo de la puntuación hizo posible la aparición de la lectura silenciosa a la que ahora estamos habituados.
La historia de la escritura en Occidente subraya un hecho clave: el lector es quién se beneficia del buen uso de los signos de puntuación. Cuando un autor, al escribir un texto, cuida la puntuación, no lo hace por un vano alarde de erudición sino porque tiene interés en que sus lectores entiendan lo que dice. El mal uso de la puntuación indica, por contaste que posiblemente el autor no tiene claro lo que quiere decir.
¿Qué Función Cumplen los Signos de Puntuación?
La escritura es una forma de comunicación que implica una construcción lineal; dado que es imposible escribirlo todo al mismo tiempo, es necesario separar las ideas, jerarquizarlas y ponerlas en orden. En esta labor, los signos de puntuación sirven para:
·         Estructurar el texto.
·         Delimitar las frases y los párrafos.
·         Hacer énfasis en las ideas principales.
·         Ordenar las ideas secundarias.
·         Eliminar ambigüedades.
Una buena puntuación asegura la adecuada articulación de las unidades de significado que integran una frase o un párrafo. Por eso los signos de puntuación requieren un empleo muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases dejan de decir lo que el autor quería decir. Cuanto más resalten los signos la estructuración del contenido (tema central, sub-tema, idea, detalle), tanto más coherente y preciso se hace el texto. Las reglas de puntuación son muy amplias, cada persona tiene su estilo de expresarse, así como tiene un estilo de redacción. Los signos de puntuación depende del texto que escribimos, si es un informe la información debe de ser expresada en una forma directa mientras si es un ensayo es más libre porque se puede dar opinión o defender una idea.

¿Cómo Utilizar los Signos de Puntuación?

Algunas recomendaciones generales que vale la pena tener en cuenta a la hora de escribir:
Absténgase de tomar la entonación como referencia para la puntuación. La escritura es una comunicación muda y comúnmente leemos los textos en silencio. No es lo mismo escribir que hablar y tampoco es lo mismo leer un texto que escuchar una charla. La puntuación, por lo tanto, obedece a las reglas de construcción del discurso escrito, que son independientes de la comunicación oral.
Tenga en cuenta que los textos literarios no siempre son un buen modelo para el uso de los signos de puntuación. El arte literario concede a los escritores un margen de libertad expresiva que les permite transgredir en ocasiones las normas convencionales del idioma. Esta libertad viene muy bien a la hora de escribir un poema o una narración, pero resulta fuera de lugar en la escritura académica.
Revise la puntuación de sus textos antes de imprimirlos o publicarlos. A través de la revisión UD. se convierte en el primer lector de su propio escrito; eso le da una oportunidad de verificar si se ha expresado con claridad.
Sea cortés con su potencial lector: no lo abrume con un exceso de signos ni lo confunda con su escasez. Recuerde que la función esencial de la puntuación es facilitarle al lector una adecuada comprensión de los textos.

USO DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS:

La letra mayúscula es aquella que se escribe con mayor tamaño y, por regla generales con forma distinta de la minúscula.

Consideraciones generales:

Siempre que se escriba con mayúscula, habrá que tener en cuenta las consideraciones siguientes:
El empleo de la mayúscula no exime de poner tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación. Ejemplos: Álvaro, SÁNCHEZ. Muchas personas siguen creyendo erróneamente que las mayúsculas no van acentuadas.
En las palabras que empiezan con un dígrafo, como es el caso de ll, ch o gu y qu ante e, i, solo se escribirá con mayúscula la letra inicial. Ejemplos: Chillida, Chillán, Llerena, Llorente, Guerrero, Guillermo, Quevedo, Quilmes.
La i y la j mayúsculas se escribirán sin punto. Ejemplos: Inés, Javier, Juvenal.

 Mayúsculas en palabras o frases enteras

En ocasiones se emplean letras mayúsculas para destacar palabras o frases enteras de un escrito. Suele hacerse así:
En las cubiertas y portadas de los libros impresos, en los títulos de cada una de sus divisiones internas (partes, capítulos, escenas, etc.) y en las inscripciones monumentales. Por ejemplo:
BENITO PÉREZ GALDÓS
FORTUNATA YJACINTA
En las siglas y acrónimos. Ejemplos: ISBN, UNESCO, OTI, OMS. Se escribirán con minúscula, en cambio, los que con el uso se han convertido en nombres comunes. Por ejemplo: inri, láser, radar. Así los recoge el Diccionario de la Academia.
En las cabeceras de diarios y revistas. Ejemplos: MURAL, EL TIEMPO, EL INFORMADOR, LA NACIÓN.
En la numeración romana. Se utiliza esta para significar el número ordinal con que se distinguen personas del mismo nombre (especialmente papas y reyes), como Pío V, Felipe II, Fernando III, el número de cada siglo, como siglo XVI, el de un tomo, libro, parte, canto, capítulo, titulo, ley, clase y otras divisiones, y el de las páginas que así vayan numeradas en los prólogos y principios de un volumen (Algunos impresores utilizan letras minúsculas en este último caso: página xxii, xvi, etc.).
En textos jurídicos y administrativos - decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o instancias -, el verbo o verbos que presentan el objetivo fundamental del documento. Ejemplos: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA.

Mayúsculas iniciales

El uso de la mayúscula inicial se rige por la posición que ocupa la palabra (y, en consecuencia, por la puntuación exigida en cada caso), por su condición o categoría de nombre propio y por otras circunstancias.

En función de la puntuación

Se escribirán con letra inicial mayúscula:
a) La primera palabra de un escrito y la que vaya después de punto. Por ejemplo:
Hoy no iré. Mañana puede que sí.
b) La palabra que sigue a los puntos suspensivos, cuando estos cierran un enunciado. Por ejemplo:
No sé si... Sí, iré.
e) La que sigue a un signo de cierre de interrogación (?) o de exclamación (!), si no se interpone coma, punto y coma o dos puntos. Por ejemplo:
¿Dónde? En la estantería.
d) La que va después de dos puntos, siempre que siga a la fórmula de encabezamiento de una carta o documento jurídico-administrativo (Muy señor mío: Le agradeceré...), o reproduzca palabras textuales (Pedro dijo: «No volveré hasta las nueve»).

            En función de la condición o categoría

Se escribirá con letra inicial mayúscula todo nombre propio, como son los siguientes:
a) Nombres de persona, animal o cosa singularizada. Ejemplos: Pedro Alberto, Beatriz, María, Platón, Caupolicán, Rocinante, Platero, Colada, Olifante.
b) Nombres geográficos. Ejemplos: América, España, Jaén, Honduras, Salta, Cáucaso, Himalaya, Adriático, Tajo, Pilcomayo.
Cuando el artículo forme parte oficialmente del nombre propio, ambas palabras comenzarán por mayúscula. Ejemplos: El Salvador, La Zarzuela, La Habana, Las Palmas.
Se escribe con mayúscula el nombre que acompaña a los nombres propios de lugar, cuando forma parte del topónimo. Ejemplos: Ciudad de México, Sierra Nevada, Puerto de la Cruz. Se utilizará la minúscula en los demás casos. Ejemplos: la ciudad de Santa Fe, la sierra de Madrid, el puerto de Cartagena.
c) Apellidos. Ejemplos: Álvarez, Pantoja, Martínez. En el caso de que un apellido comience por preposición, por artículo o por ambos, estos se escribirán con mayúscula solo cuando encabecen la denominación. Por ejemplo: señor De Felipe frente a Diego de Felipe.
Se escribirán también con mayúscula los nombres de las dinastías derivados de un apellido. Ejemplos: Borbones, Austrias, Capetos.
d) Nombres de constelaciones, estrellas, planetas o astros, estrictamente considerados como tales. Ejemplos:
La Osa Mayor está formada por siete estrellas.
El Sol es el astro central de nuestro sistema planetario.
En el último eclipse, la Tierra oscureció totalmente a la Luna.
Por el contrario, si el nombre se refiere, en el caso del Sol y de la Luna, a los fenómenos sensibles de ellos derivados, se escribirá con minúscula:
Tomar el sol.
Noches de luna llena.
En el caso de la Tierra, todos los usos no referidos a ella en cuanto planeta aludido en su totalidad se escribirán también con minúscula:
El avión tomó tierra.
Esta tierra es muy fértil.
La tierra de mis padres.
e) Nombres de los signos del Zodiaco. Ejemplos: Tauro, Aries, Libra. De igual modo, los nombres que aluden a la característica principal de estos signos, como Balanza (por Libra), Toro (por Tauro), Carnero (por Aries), Gemelos (por Géminis), Cangrejo (por Cáncer), Pez (por Piscis), Escorpión (por Escorpio), León (por Leo), Virgen (por Virgo).
Cuando el nombre propio deja de serlo porque designa a las personas nacidas bajo ese signo, se escribirá con minúscula. Por ejemplo:
Juan es tauro.
f) Nombres de los puntos cardinales, cuando nos referimos a ellos explícitamente. Por ejemplo.
La brújula señala el Norte.
Cuando el nombre se refiere a la orientación o dirección correspondientes a estos puntos, se escribirá con minúscula. Ejemplos:
El norte de la ciudad.
Viajamos por el sur de España.
El viento norte.
g) Nombres de festividades religiosas o civiles. Ejemplos: Pentecostés, Epifanía, Navidad, Corpus, Día de la Constitución, Día de la independencia.
h) Nombres de divinidades. Ejemplos: Dios, Jehová, Alá, Apolo, Juno, Amón.
i) Libros sagrados. Ejemplos: Biblia, Corán, Avesta, Talmud.
j) Atributos divinos o apelativos referidos a Dios, Jesucristo o la Virgen María. Ejemplos: Todopoderoso, Cristo, Mesías, Inmaculada, Purísima.
k) Nombres de las órdenes religiosas. Ejemplos: Cartuja, Merced, Temple, Carmelo.
1) Marcas comerciales. Ejemplos: Coca-Cola, Seat.
En los casos anteriores, cuando el nombre propio se use como común, es decir, cuando pase a designar un género o una clase de objetos o personas, deberá escribirse con minúscula. Ejemplos: un herodes, una venus. Lo mismo sucede cuando se designa algo con el nombre del lugar del que procede, o con el de su inventor, fabricante, marca o persona que lo popularizó. Ejemplos: un jerez, un oporto, una aspirina, un quinqué, unos quevedos. En este último caso, cuando se quiere mantener viva la referencia al autor, creador o fabricante de la obra, se utilizará la mayúscula inicial. Ejemplos: un Casares, dos Picassos, un Seat.

En función de otras circunstancias

Se escribirán con letra inicial mayúscula:
a) Los sobrenombres y apodos con que se designa a determinadas personas. Ejemplos: el Libertador, el Sabio, el Bosco, Clarín, el Inca Garcílaso.
b) En general, cuando por antonomasia se emplean apelativos usados en lugar del nombre propio, como el Mantuano (por Virgilio), el Sabio (por Salomón), el Magnánimo (por el rey Alfonso V) o se designan conceptos o hechos religiosos (la Anunciación, la Revelación, la Reforma).
c) Las advocaciones de la Virgen. Ejemplos: Guadalupe, Rocío. Y las celebraciones a ellas dedicadas. Ejemplos: el Pilar, el Rocío.
d) Los tratamientos, especialmente si están en abreviatura. Ejemplos: V S. (Usía), U. o V (usted), etc. Cuando se escribe con todas sus letras, usted no debe llevar mayúscula. Fray Luis (referido, por ejemplo, a Fray Luis de León), Sor Juana (referido a Sor Juana Inés de la Cruz), San Antonio, etc., son acuñaciones que funcionan como nombres propios.

ABREVIATURA:

Una abreviatura es una convención ortográfica para acortar la escritura de cualquier término o expresión.
Cualquier escritor puede crear una abreviatura para su uso particular. No obstante, muchas abreviaturas tienen una forma convencional de uso general. Debido a esta facultad del escritor suele ser una norma de estilo que las abreviaturas particulares o las de uso específico sean recogidas en un glosario al principio o el final de la obra (especialmente cuando ésta es extensa y tiene formato de libro).

Métodos para abreviar:

Habitualmente se consideran dos formas normales de abreviación: truncamiento y contracción. La primera implica la eliminación de la parte final de la palabra (por ejemplo, av. por avenida o c. por calle). Las abreviaturas obtenidas por truncamiento nunca pueden terminar en vocal (por ejemplo, aunque en inglés es muy habitual, la abreviación ave. por avenida es incorrecta en castellano). En la construcción de abreviaturas por contracción se eliminan las letras centrales de la palabra y se dejan solo las letras más representativas (por ejemplo, avda. por avenida o cl. por calle). En este segundo método, es habitual el uso de una letra o letras finales voladas (por ejemplo, adm.or por administrador o n. º por número). Estas letras voladas pueden escribirse subrayadas o sin subrayar.
Como se indica más arriba, la norma de la Real Academia Española (RAE) es que las abreviaturas siempre finalizan en un punto, a excepción de los símbolos —que no son abreviaturas, aunque se confundan— y los acrónimos. También se exceptúan a esta regla aquellas abreviaturas en las que el punto se sustituye por una barra inclinada (/), como en los casos de calle (c/), cuenta corriente (c/c) o cada uno (c/u). Como se observa en el anterior ejemplo, cuando la abreviatura se compone de dos palabras, el segundo punto y el espacio que separa a ambas palabras también se eliminan. Otro caso de excepción a la regla del punto es el de las abreviaturas que se escriben entre paréntesis (por ejemplo (a) por alias). Por el contrario, sí se debe escribir el punto antes de las letras voladas (por ejemplo, Sr. ª por señora o art. º Por artículo), y esto incluye el uso del mismo en abreviaturas con numerales (por ejemplo, 3. º Por tercero o 1.er por primer). Por otra parte, cuando la abreviatura sea la última palabra de la oración, el punto que señala el final de la misma sustituye al correspondiente punto de la abreviatura (por ejemplo: Trajo escoplo, martillo, llaves, etc.). No obstante, si la oración terminase con algún otro signo de puntuación (típicamente, el signo de interrogación o exclamación, o los puntos suspensivos [aunque queden cuatro puntos seguidos]), el uso del punto sí se considera necesario para asegurar el entendimiento de la abreviatura.
Otra cuestión interesante es que las abreviaturas mantienen las tildes de sus palabras de origen (por ejemplo, pág. por página o admón. por administración), incluso en sus formas voladas (por ejemplo en C.ía).
Por lo general, el uso de mayúsculas en las abreviaturas corresponde al contexto en el que aparecen. Por ejemplo, a. C. (y no A. C.) por antes de Cristo, o a. D. g. por a Dios gracias. Sin embargo, hay situaciones en las que esta regla no se sigue; por ejemplo: los tratamientos (D., Sr., S. A. R.) siempre se escriben con mayúsculas, y algunas abreviaturas muy comunes (como P. V. P. o D. E. P.) siempre se escriben en mayúsculas.
Las formas plurales de las abreviaturas dependen de su forma de construcción. Si la abreviatura se obtuvo por el procedimiento de truncamiento, la forma normal de usarla en plural es mediante la adición de una -s al final (por ejemplo, págs.). Si el truncamiento sólo dejó una letra (truncamiento máximo), el plural se expresa duplicando dicha letra (por ejemplo EE. UU. Por Estados Unidos). En las abreviaturas obtenidas por contracción, las reglas habituales de formación de plurales en español son aplicables: -s si la abreviatura termina en vocal y -es si termina en consonante. Hay, no obstante, algunas excepciones, como la forma habitual abreviada del plural de la palabra usted, que es Uds. o Vds., y la forma habitual abreviada del plural de la palabra peseta, que es pts. Y no ptas. Las letras voladas utilizadas en la formación de plurales también deben representar concordancia de número, de modo tal que la forma correcta abreviada del plural de número es n.os.
Cuando la abreviatura se ha construido por el procedimiento de contracción, el género de las abreviaturas (en las palabras con doble terminación) puede reflejarse añadiendo una o o una a, según sea masculino o femenino (por ejemplo, Abg.do por abogado y Abg.da por abogada). En el caso de las palabras cuya forma en género masculino termina en consonante y que son obtenidas por truncamiento, la forma normal de escribirlas es añadiendo una a volada al final de la abreviatura (por ejemplo, la forma recomendada por la RAE de la abreviatura para profesora es Prof. ª), aunque no es infrecuente detectar casos en los que la a agregada no tiene forma volada (derivados de la dificultad en el uso de caracteres volados que había en las máquinas de escribir antiguas). Las palabras que terminan en consonante y se obtienen por contracción pueden utilizar cualquiera de las posibilidades anteriores.
El uso de abreviaturas está fuertemente ligado a la presentación impresa del escrito. Así, debe evitarse el uso de una abreviatura cuando sea la única palabra que aparece en una línea del texto (en cuyo caso debe sustituirse por la palabra no abreviada), y no se admite su uso para expresiones que abrevian varias palabras cuando la abreviatura completa no puede escribirse en la misma línea del texto. Por supuesto, esto ya deja entrever que no se permite la división de una abreviatura al final de una línea.

Abreviaturas convencionales

Muchas abreviaturas tienen una forma convencional tan extendida que su uso es casi universal. En este tipo de abreviaturas, es importante fijarse en las letras de las que constan (por ejemplo, Av. o Avda.) y en la forma en que se escriben (en mayúsculas o en minúsculas, singular o plural, con o sin punto...). Estos son algunos ejemplos de abreviaturas convencionales:

  • antes de Cristo: a. C. (también a. de C.)
  • Anno Dómini: A. D.
  • administración: admón.
  • etcétera: etc.
  • por ejemplo (lat.: verbi gratia): v. g. o v. gr., más comúnmente ej. o p. ej.
En realidad sería demasiado prolijo detallar en este artículo todas las abreviaturas convencionales (la lista ofrecida por la RAE contiene casi 350 abreviaturas de este tipo). De hecho, hay muchas más. Muchas se usan a diario y acaban incorporadas incluso en el lenguaje hablado y en el diccionario normativo de la RAE como palabras de derecho (como el caso de facsímile, cuya forma abreviada fax se incorporó al diccionario en la edición de 1992).
Las abreviaturas de los ordinales también siguen un convenio normalizado: se escribe el numeral correspondiente y luego se añade la terminación en forma volada (en función de que la palabra termine en -o o -a, apocopado -er); por ejemplo:
  • primero, primer (apocopado), primera: 1.º, 1.er, 1.ª
  • segunda: 2.ª
  • tercer (apocopado): 3.er
  • vigesimoquinto: 25. º

Uso de las abreviaturas

Según la RAE, su uso no debe ser indiscriminado y debe ser eficaz. Por ejemplo, cualquier abreviatura debe suprimir a las menos dos letras de la palabra abreviada, aunque hay algunas abreviaturas de uso general que no cumplen esta norma. Tampoco es adecuado utilizarlas con cantidades cuando estas están expresadas en letra. Por ejemplo, es incorrecto escribir cincuenta eur.; es más adecuado utilizar la palabra completa: cincuenta euros. Otra norma de estilo consiste en no utilizar abreviaturas de tratamiento cuando la palabra abreviada no precede al nombre propio. Por ejemplo, es incorrecto su uso en... un Sr. estaba..., siendo en este caso necesario el uso de la forma no abreviada. Esta norma también es aplicable al uso de abreviaturas que se refieren al tipo de vía.

CASOS ESPECIALES DE CONCORDANCIA:

La concordancia es un recurso gramatical de las lenguas para marcar las relaciones gramaticales entre los diversos constituyentes mediante referencias cruzadas. Se lleva a cabo requiriendo que la palabra que ocupa una determinada posición sintáctica tome una u otra forma según algún rasgo determinado por otra palabra con la que "concuerda" en ese rasgo o accidente gramatical.
En muchas lenguas indoeuropeas con flexión la concordancia afecta por ejemplo a alguno de estos rasgos: género gramatical, número gramatical, caso gramatical o persona gramatical). También dentro de las lenguas europeas se distinguen al menos dos tipo de concordancia: la nominal y la verbal.

Concordancia en español:

Concordancia nominal

Es la coincidencia de género y número:

Concordancia verbal

La concordancia verbal es la coincidencia de número gramatical y generalmente de persona gramatical que se da entre el verbo y su sujeto de la misma: Ellos cantan muy bien.
En español dicha concordancia es obligatoria, salvo el caso de oraciones impersonales y en el caso del llamado sujeto inclusivo: Los españoles somos así.

 USO CORRECTO DEL GERUNDIO:

Los correctores acostumbran a quejarse de los escritores “gerundinos”, es decir de aquellas personas que hacen un mal uso de los gerundios, algo que es bastante habitual. Para quienes les pueda interesar, he decidido copiar los usos correctos de esta forma verbal.

Definición y características del Gerundio

El gerundio pertenece junto al infinitivo y participio a las formas no personales del verbo y una de sus principales características es que posee un matiz de adverbio. Consigue crear un efecto de continuidad; tiene un carácter durativo; extiende la acción, fijémonos si no en la siguiente frase: El bolígrafo resbaló por el suelo escondiéndose detrás de la mesita.
Esta forma verbal puede manifestar un momento anterior (en acabando, nos vamos. Es decir, “nada más acabar…”), coincidente (visitando el zoo, fue donde conoció a María, o sea “mientras visitaba…”) o inmediatamente posterior (salió enfadado, cerrando la puerta de un portazo, o sea “tras cerrar la puerta…”) al momento indicado por el verbo principal con el que se encuentra relacionado. De hecho, el gerundio nos señala el momento en que se realiza la acción del verbo subordinante o principal; pero también puede significar una condición (paseando por la ciudad, se conoce a mucha gente, o sea “, si se pasea…”) o causa de la acción principal (siendo del Norte el frío lo soportamos bien, o sea “Como somos del Norte…”).

Usos Incorrectos:

Pero es totalmente incorrecto y, por tanto, rechazable el uso del gerundio cuando este indica una posterioridad no inmediata respecto a la acción señalada por el verbo principal.
Ejemplos:
-* Fui al gimnasio comiendo un bocadillo. (“Fui al gimnasio mientras comía un bocadillo.” Se admite la sustitución, por lo que el gerundio es correcto.)
- *Ha habido un accidente, muriendo cuatro personas. (La sustitución es incorrecta; debemos sustituir el gerundio por otra alternativa, como por ejemplo “Ha habido un accidente, tras el cual han muerto cinco personas”.)
Es un anglicismo el uso del gerundio con valor de adjetivo especificativo, sobre todo, cuando hace referencia a cosas. Tampoco es correcto referido a personas cuando éstas señalan cualidad, estado o acción muy lenta y no indican una auténtica acción o cambio:
– *Ha salido una ley regulando los precios de la gasolina. (En este caso lo correcto sería decir “reguladora o que regula los precios de la gasolina”.)
- *Me mostraron una bolsa conteniendo armas. (En este caso lo correcto sería decir “que contenía armas”.)
- *Se necesita asistenta sabiendo cocinar. (Lo correcto en este caso sería “que sepa cocinar”.)
- *Juan está casado con Dolores siendo padre de tres hijos. (Lo correcto sería “y es padre de…”.)
NOTA: son correctos, sin embargo, los sintagmas “agua hirviendo” y “clavo ardiendo”.
Tampoco es correcto el gerundio que acompaña a nombres con función de complementos indirectos o circunstanciales:
- *Me crucé con dos hombres propinándose puñetazos. (Lo correcto sería “que se propinaban puñetazos”.)
- *He dado un euro a un pobre pidiendo limosna. (Lo correcto sería “a un pobre que pedía limosna”.)
El gerundio no debe aludir a ninguna palabra que desempeñe en la oración una función distinta a la de sujeto (caminando por el parque, me encontré a un amigo) o de OD de persona, aunque en este último caso pueden producirse ambigüedades como demuestra el siguiente ejemplo:
- *Vi a tu hijo bajando del avión. (Podemos preguntarnos: ¿Quién era el que bajaba del avión?)
Y es que la ambigüedad acecha a muchas frases en que el gerundio complementa a un OD. Por tanto, quizá sería preferible evitar frases como éstas.
Por otro lado, el abuso de la perífrasis de gerundio (ESTAR SIENDO + PARTICIPIO) con sentido de presente actual o habitual, durativo o imperfectivo, es un anglicismo que conviene evitar, ya que este uso es más propio del inglés. Además, ese valor del presente continuo entra dentro de los valores del presente de indicativo, o puede hacerse explícito mediante la perífrasis SER o ESTAR + PARTICIPIO. Sería, por ejemplo el caso de los siguientes ejemplos:
- *La propuesta está siendo estudiada con mucho empeño. (Sería mejor decir que “se estudia o ha sido estudiada…”.)

Usos Correctos:

Es, sin embargo, correcto el gerundio cuando complementa a un sujeto y constituye el centro de una proposición subordinada:
- Me acerqué a María deseando darle un abrazo.
- Los niños, jugando en el parque, se ensuciaron mucho. (De hecho podríamos para comprobar su correcto hacer la siguiente sustitución “Los niños cuando jugaban o mientras jugaban en el parque, se ensuciaron mucho”.)
Es, asimismo, correcto el gerundio que complementa a un OD de persona (siempre que el verbo signifique acción o cambio); pero es a veces incorrecto si el OD al que acompaña es de cosas:
- He visto a un niño durmiendo en la cuna.
*He visto un camino desprendiendo mucho polvo. (En este caso, sería más correcto decir “que desprendía mucho polvo”.)
NOTA: No está del todo claro el límite entre la corrección y la incorrección en este último caso, ya que parecen perfectamente aceptables frases como las siguientes:
- He visto una estrella corriendo por el cielo
- Vi una hoja cayendo del árbol
Por último, la expresión “Como + gerundio” es correcta cuando se quiere expresar una comparación; pero, por el contrario, utilizar esta construcción en otros contextos sintácticos es un galicismo inaceptable:
- Habló como queriendo disculparse. (Uso Correcto. Además podría sustituirse para su comprobación por “igual o lo mismo que si…”.)
*- Rechazó los argumentos como siendo carentes de razón. (Sería mejor decir: por ser carentes de rezón.)
Por último, hoy se considera arcaica la construcción “En + gerundio” aunque todavía se encuentra en algún texto escrito con el significado de inmediata anterioridad. En el castellano antiguo fue muy frecuente con el valor de “coexistencia en el tiempo”.
- Llamaré por teléfono, en llegando a casa. (Uso un poco extraño, pero correcto.)
Conclusión:
Muchas veces por el desconocimiento de las funcione y significado de esta forma verbal, o bien por influencia de otras lenguas como el francés y el inglés tenemos dudas y dificultades para emplearla o la empleamos mal. Algunas veces se solucionan esto problemas evitando su uso, pero este hecho va en detrimento de nuestra expresión lingüística, ya que el correcto uso del Gerundio enriquece, sin duda, nuestro lenguaje.

DEQUEÍSMO:

El dequeísmo es, en idioma español, la utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción "que" en oraciones completivas u oraciones sustantivas de objeto directo.
Ejemplos de esta ultracorrección son:
Me ha dicho de que vendrá mañana por la tarde (no normativo) — Me ha dicho que vendrá mañana por la tarde (normativo).
Pensó de que la tierra era redonda (no normativo) — Pensó que la tierra era redonda (normativo).
Opinaban de que las elecciones estaban amañadas (no normativo) — Opinaban que las elecciones estaban amañadas (normativo)

Análisis:

El dequeísmo es un anacoluto que deriva del cruce de dos estructuras sintácticas, la de complemento directo y la de complemento de régimen o, en la terminología de Emilio Alarcos Llorach, suplemento:
Pensó ("de eso") que no era lo correcto = *Pensó de que no era lo correcto.
Mientras que el dequeísmo es siempre una ultracorrección, el fenómeno contrario es una manera habitual de hablar para una mayoría de hablantes: la supresión de un dé en la construcción de un complemento de régimen o suplemento (antidequeísmo, queísmo). Por otra parte, algunos verbos vacilan en su construcción con que o con de que, en ocasiones con sutiles diferencias de significado:
Le advierto que... / le advierto de que....

Uso normativo:

Algunos sistemas para saber si es normativo utilizar la preposición de o no son los siguientes:
  • Sustituyendo la oración subordinada (desde el que en adelante) por un pronombre como algo o un sustantivo este suceso. Ejemplos:
    • Le informo de que el plazo finalizará en 3 días -> Le informo de este suceso, le informo de algo -> Es normativo utilizar de que.
    • Le comunico que el plazo finalizará en 3 días -> Le comunico este suceso, le comunico algo -> No es normativo utilizar de, sólo el que.
  • Otro procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa:
    • ¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que...);
    • ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...);
    • ¿De qué está seguro? (Está seguro de que...);
    • ¿Qué opina? (Opina que...);
    • ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...);
    • ¿Qué dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que... o dudó de que...);
    • ¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... [Am.] o informó de que... [Esp.]).

CONCLUSIÓN:

            Este trabajo sirve de ante boca, a una de las funciones más básicas de un idioma como lo es la gramática.
            La función  es conocer algunos aspectos que se desarrollaron en el transcurso del estudio de la gramática como parte esencial de la vida diaria, si basamos los conocimientos adquiridos a unos pocos conceptos nos quedaría algo así:
            La lengua escrita posee un sistema notacional; éste es entendido como un conjunto de signos gráficos que tienen reglas que se deben respetar.
            El dequeísmo es, en idioma español, la utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción "que" en oraciones completivas u oraciones sustantivas de objeto directo.
La concordancia es un recurso gramatical de las lenguas para marcar las relaciones gramaticales entre los diversos constituyentes mediante referencias cruzadas. Se lleva a cabo requiriendo que la palabra que ocupa una determinada posición sintáctica tome una u otra forma según algún rasgo determinado por otra palabra con la que "concuerda" en ese rasgo o accidente gramatical.

BIBLIOGRAFÍA:

Morral, C. Por los senderos de la ortografía. 1996, edita. Universitaria, quinta edición.
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