Gramática I, módulo I
INTRODUCCIÓN:
Qué
significa el término gramática depende de diversos factores. El
término se utiliza en el lenguaje corriente por lo menos con tres significados
distintos, independientemente de la visión teórica que se adopte. Por un lado, gramática se refiere al conjunto de reglas de
combinación de unidades en un sintagma, en una lengua dada, definición que
subyace a frases como: No
sabe nada de gramática del inglés, pero habla bien. La concepción más
tradicional de esta primera definición de gramática comprende al menos dos
subdisciplinas: la morfología (derivativa y flexiva) y la sintaxis, a las que
algunos autores suman la fonología. Por otro lado, una gramática de una lengua
es una obra escrita que intenta describir, sistematizar y explicar las reglas
mencionadas (así, decimos Me
compré una gramática de inglés o Consulten diccionarios y
gramáticas). Por último, la gramática también es la ciencia que se ocupa
de estudiar e investigar los fenómenos vinculados con la primera definición; a
esta tercera definición se remiten los nombres de las materias en una carrera
terciaria o los contenidos curriculares. Esas tres definiciones –y
particularmente la primera y la tercera– pueden sufrir modificaciones más o
menos sutiles de acuerdo con la perspectiva teórica en juego. Así, para la
gramática generativa, la gramática es un sistema de reglas internalizado por el
hablante, muchos de cuyos principios son universales. Para ciertas visiones,
como la gramática funcional, la gramática también debe ocuparse de otros niveles
o componentes distintos de la sintaxis y de la morfología: la semántica y la
pragmática.
CONVENCIÓN
DE LA LENGUA ESCRITA:
La
lengua escrita, a diferencia de la lengua oral, posee un sistema notacional;
éste es entendido como un conjunto de signos gráficos que tienen reglas que se
deben respetar; estos signos gráficos se subdividen en dos tipos: la escritura
alfabética (letras y signos de puntuación) y el sistema de cifras
(números).
Algunas
de las características de la lengua escrita son:
·
Canal visual:
Tanto el escritor como el lector debe utilizar la vista para decodificar la
información.
·
Comunicación elaborada:
El sujeto puede realizar sucesivas correcciones sobre el texto, sin que
se note y leerlo donde y como quiera.
·
Comunicación diferida:
Esto implica la ausencia del receptor, es por eso que se da en un tiempo y
lugar no mediato.
·
Comunicación duradera:
Los escritos perduran en el tiempo.
·
Códigos no verbales:
La utilización es mínima, un ejemplo de esto es el tipo de soporte y la
disposición del texto en este.
·
Interacción:
No se produce una interacción durante la composición del texto. El escritor no
podrá saber cuál será la reacción del lector.
·
Contexto:
El escrito es autónomo del contexto, el cual se va creando a medida que escribe
el texto.
La
lengua escrita abarca tanto la lectura como la escritura, frecuentemente, se
asocia enseñar a leer y escribir con el término de alfabetizar. Entendiéndose
como un proceso indisociable.
Se
cree que “... el aprendizaje de uno es consecuencia directa del otro. La
lectura no es un derivado de la escritura ni su acción inversa (es decir, la
escritura no deriva de la lectura) (...) leer y escribir son diferentes y
también lo son las operaciones que se ponen en juego...”
LOS SIGNOS DE
PUNTUACIÓN:
Son herramientas de la escritura occidental
surgidas con el objeto de hacer más entendible un texto. Se utilizan,
principalmente, para indicar pausas.
La escritura es una forma de comunicación que implica una
construcción lineal; dado
que es imposible escribirlo todo al mismo tiempo, es necesario separar
las ideas, jerarquizarlas y ponerlas en orden. Los signos de puntuación
nos indican pausas obligatorias, supremacía de una frase sobre otra, y nos
ayudan a interpretar y aclarar expresiones.
La puntuación varía según el estilo de
escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no
eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar
errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de
conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.
Fueron necesarios por lo menos quince
siglos para que se produjera la separación gradual de las letras de los textos
en palabras y frases. En los comienzos de la Edad Media se adopto la
costumbre de formar las frases en líneas separadas; luego aparecieron la coma y
el punto; posteriormente se adoptaron las mayúsculas iniciales, los paréntesis,
la separación entre párrafos, hasta llegar a la diversidad de signos que
tenemos hoy. Este desarrollo de la
puntuación hizo posible la aparición de la lectura silenciosa a la
que ahora estamos habituados.
La historia
de la escritura en Occidente subraya un hecho clave: el lector es quién se
beneficia del buen uso de los signos de puntuación. Cuando un autor, al
escribir un texto, cuida la puntuación, no lo hace por un vano alarde de
erudición sino porque tiene interés en que sus lectores
entiendan lo que dice. El mal uso de la puntuación indica, por contaste que
posiblemente el autor no tiene claro lo que quiere decir.
¿Qué Función Cumplen los Signos de
Puntuación?
La escritura es una forma de
comunicación que implica una construcción lineal; dado que es imposible escribirlo
todo al mismo tiempo, es necesario separar las ideas, jerarquizarlas y ponerlas
en orden. En esta labor, los signos de puntuación sirven para:
·
Estructurar el texto.
·
Delimitar las frases y
los párrafos.
·
Hacer énfasis en las
ideas principales.
·
Ordenar las ideas
secundarias.
·
Eliminar ambigüedades.
Una
buena puntuación asegura la adecuada articulación de las unidades de
significado que integran una frase o un párrafo. Por eso los signos de
puntuación requieren un empleo muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado,
las palabras y las frases dejan de decir lo que el autor quería decir. Cuanto
más resalten los signos la estructuración del contenido (tema central,
sub-tema, idea, detalle), tanto más coherente y preciso se hace el texto. Las
reglas de puntuación son muy amplias, cada persona tiene su estilo de
expresarse, así como tiene un estilo de redacción. Los signos de
puntuación depende del texto que escribimos, si es un informe la información debe de ser
expresada en una forma directa mientras si es un ensayo es más libre porque
se puede dar opinión o defender una idea.
¿Cómo Utilizar los Signos de Puntuación?
Algunas
recomendaciones generales que vale la pena tener en cuenta a la hora de
escribir:
Absténgase
de tomar la entonación como referencia para la puntuación. La escritura es una
comunicación muda y comúnmente leemos los textos en silencio. No es lo mismo
escribir que hablar y tampoco es lo mismo leer un texto que escuchar una
charla. La puntuación, por lo tanto, obedece a las reglas de construcción del discurso escrito, que
son independientes de la comunicación oral.
Tenga
en cuenta que los textos literarios no siempre son un buen modelo para el uso de los
signos de puntuación. El arte literario concede a
los escritores un margen de libertad expresiva que
les permite transgredir en ocasiones las normas convencionales del idioma. Esta
libertad viene muy bien a la hora de escribir un poema o una narración, pero
resulta fuera de lugar en la escritura académica.
Revise
la puntuación de sus textos antes de imprimirlos o publicarlos. A través de la
revisión UD. se convierte en el primer lector de su propio escrito; eso le da
una oportunidad de verificar si se ha expresado con claridad.
Sea
cortés con su potencial lector: no lo abrume con un exceso de signos ni lo
confunda con su escasez. Recuerde que la
función esencial de la puntuación es facilitarle al lector una adecuada
comprensión de los textos.
USO DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS Y
MINÚSCULAS:
La letra mayúscula es aquella que se escribe con mayor tamaño y, por
regla generales con forma distinta de la minúscula.
Consideraciones generales:
Siempre que se escriba con mayúscula, habrá que tener en cuenta las
consideraciones siguientes:
El empleo de la mayúscula no exime de poner tilde cuando así lo exijan
las reglas de acentuación. Ejemplos: Álvaro,
SÁNCHEZ. Muchas personas siguen creyendo erróneamente que las mayúsculas
no van acentuadas.
En las palabras que empiezan con un dígrafo, como es el caso de ll, ch
o gu y qu ante e, i, solo se escribirá con mayúscula la letra inicial.
Ejemplos: Chillida, Chillán, Llerena,
Llorente, Guerrero, Guillermo, Quevedo, Quilmes.
La i y la j mayúsculas se escribirán sin punto. Ejemplos: Inés, Javier, Juvenal.
Mayúsculas en
palabras o frases enteras
En ocasiones se emplean letras mayúsculas para destacar palabras o
frases enteras de un escrito. Suele hacerse así:
En las cubiertas y portadas de los libros impresos, en los títulos de
cada una de sus divisiones internas (partes, capítulos, escenas, etc.) y en las
inscripciones monumentales. Por ejemplo:
BENITO PÉREZ GALDÓS
FORTUNATA YJACINTA
En las siglas y acrónimos. Ejemplos: ISBN, UNESCO, OTI, OMS. Se escribirán con minúscula, en
cambio, los que con el uso se han convertido en nombres comunes. Por ejemplo: inri, láser, radar. Así los recoge el
Diccionario de la Academia.
En las cabeceras de diarios y revistas. Ejemplos: MURAL, EL TIEMPO, EL INFORMADOR, LA NACIÓN.
En la numeración romana. Se utiliza esta para significar el número
ordinal con que se distinguen personas del mismo nombre (especialmente papas y
reyes), como Pío V, Felipe II,
Fernando III, el número de cada siglo, como siglo XVI, el de un tomo, libro, parte, canto, capítulo, titulo,
ley, clase y otras divisiones, y el de las páginas que así vayan numeradas en
los prólogos y principios de un volumen (Algunos impresores utilizan letras
minúsculas en este último caso: página
xxii, xvi, etc.).
En textos jurídicos y administrativos - decretos, sentencias, bandos,
edictos, certificados o instancias -, el verbo o verbos que presentan el
objetivo fundamental del documento. Ejemplos: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA.
Mayúsculas iniciales
El uso de la mayúscula inicial se rige por la posición que ocupa la
palabra (y, en consecuencia, por la puntuación exigida en cada caso), por su
condición o categoría de nombre propio y por otras circunstancias.
En función de la puntuación
Se escribirán con letra inicial mayúscula:
a) La primera
palabra de un escrito y la que vaya después de punto. Por ejemplo:
Hoy no iré. Mañana puede que sí.
b) La palabra que
sigue a los puntos suspensivos, cuando estos cierran un enunciado. Por ejemplo:
No sé si... Sí, iré.
e) La que sigue a
un signo de cierre de interrogación (?) o de exclamación (!), si no se
interpone coma, punto y coma o dos puntos. Por ejemplo:
¿Dónde? En la estantería.
d) La que va
después de dos puntos, siempre que siga a la fórmula de encabezamiento de una
carta o documento jurídico-administrativo (Muy señor mío: Le agradeceré...), o reproduzca palabras
textuales (Pedro dijo: «No volveré
hasta las nueve»).
En función de la condición o categoría
Se escribirá con letra inicial mayúscula todo nombre propio, como son
los siguientes:
a) Nombres de persona, animal o cosa singularizada. Ejemplos: Pedro Alberto, Beatriz, María, Platón,
Caupolicán, Rocinante, Platero, Colada, Olifante.
b) Nombres geográficos. Ejemplos: América, España, Jaén, Honduras, Salta, Cáucaso, Himalaya, Adriático,
Tajo, Pilcomayo.
Cuando el artículo forme parte oficialmente del nombre propio, ambas
palabras comenzarán por mayúscula. Ejemplos: El Salvador, La Zarzuela, La
Habana, Las Palmas.
Se escribe con mayúscula el nombre que acompaña a los nombres propios
de lugar, cuando forma parte del topónimo. Ejemplos: Ciudad de México, Sierra Nevada, Puerto de la Cruz. Se utilizará
la minúscula en los demás casos. Ejemplos: la ciudad de Santa Fe,
la sierra de Madrid, el puerto de Cartagena.
c) Apellidos. Ejemplos: Álvarez, Pantoja,
Martínez. En el caso de que un apellido comience por preposición, por
artículo o por ambos, estos se escribirán con mayúscula solo cuando encabecen
la denominación. Por ejemplo: señor De
Felipe frente a Diego de
Felipe.
Se escribirán también con mayúscula los nombres de las dinastías
derivados de un apellido. Ejemplos: Borbones,
Austrias, Capetos.
d) Nombres de constelaciones, estrellas, planetas o astros,
estrictamente considerados como tales. Ejemplos:
La Osa Mayor está formada por siete
estrellas.
El Sol es el astro central de
nuestro sistema planetario.
En el último eclipse, la Tierra
oscureció totalmente a la Luna.
Por el contrario, si el nombre se refiere, en el caso del Sol y de la Luna, a los fenómenos sensibles de ellos derivados, se escribirá
con minúscula:
Tomar el sol.
Noches de luna llena.
En el caso de la Tierra, todos
los usos no referidos a ella en cuanto planeta aludido en su totalidad se
escribirán también con minúscula:
El avión tomó tierra.
Esta tierra es muy fértil.
La tierra de mis padres.
e) Nombres de los signos del Zodiaco. Ejemplos: Tauro, Aries, Libra. De igual modo, los nombres que aluden a la
característica principal de estos signos, como Balanza (por Libra), Toro
(por Tauro), Carnero
(por Aries), Gemelos (por
Géminis), Cangrejo (por
Cáncer), Pez (por Piscis), Escorpión (por Escorpio), León (por Leo), Virgen (por Virgo).
Cuando el nombre propio deja de serlo porque designa a las personas
nacidas bajo ese signo, se escribirá con minúscula. Por ejemplo:
Juan es tauro.
f) Nombres de los puntos cardinales, cuando nos referimos a ellos
explícitamente. Por ejemplo.
La brújula señala el Norte.
Cuando el nombre se refiere a la orientación o dirección
correspondientes a estos puntos, se escribirá con minúscula. Ejemplos:
El norte de la ciudad.
Viajamos por el sur de España.
El viento norte.
g) Nombres de festividades religiosas o civiles. Ejemplos: Pentecostés, Epifanía, Navidad, Corpus, Día
de la Constitución, Día de la independencia.
h) Nombres de divinidades. Ejemplos: Dios, Jehová, Alá, Apolo, Juno, Amón.
i) Libros sagrados. Ejemplos: Biblia,
Corán, Avesta, Talmud.
j) Atributos divinos o apelativos referidos a Dios, Jesucristo o la
Virgen María. Ejemplos: Todopoderoso,
Cristo, Mesías, Inmaculada, Purísima.
k) Nombres de las órdenes religiosas. Ejemplos: Cartuja, Merced, Temple, Carmelo.
1) Marcas comerciales. Ejemplos: Coca-Cola,
Seat.
En los casos anteriores, cuando el nombre propio se use como común, es
decir, cuando pase a designar un género o una clase de objetos o personas,
deberá escribirse con minúscula. Ejemplos: un herodes, una venus.
Lo mismo sucede cuando se designa algo con el nombre del lugar del que procede,
o con el de su inventor, fabricante, marca o persona que lo popularizó.
Ejemplos: un jerez, un oporto, una
aspirina, un quinqué, unos quevedos. En este último caso, cuando se
quiere mantener viva la referencia al autor, creador o fabricante de la obra,
se utilizará la mayúscula inicial. Ejemplos: un Casares, dos Picassos, un Seat.
En función de otras
circunstancias
Se escribirán con letra inicial mayúscula:
a) Los sobrenombres y apodos con que se designa a determinadas
personas. Ejemplos: el Libertador, el
Sabio, el Bosco, Clarín, el Inca Garcílaso.
b) En general, cuando por antonomasia se emplean apelativos usados en
lugar del nombre propio, como el
Mantuano (por Virgilio), el
Sabio (por Salomón), el
Magnánimo (por el rey Alfonso V) o se designan conceptos o hechos
religiosos (la Anunciación, la
Revelación, la Reforma).
c) Las advocaciones de la Virgen. Ejemplos: Guadalupe, Rocío. Y las celebraciones a ellas dedicadas.
Ejemplos: el Pilar, el Rocío.
d) Los tratamientos, especialmente si están en abreviatura. Ejemplos: V
S. (Usía), U. o V (usted), etc.
Cuando se escribe con todas sus letras, usted no debe llevar mayúscula. Fray Luis (referido, por ejemplo, a Fray Luis de León), Sor Juana (referido a Sor Juana Inés de la Cruz), San Antonio, etc., son acuñaciones
que funcionan como nombres propios.
ABREVIATURA:
Una
abreviatura es una convención
ortográfica para acortar la escritura de cualquier término o expresión.
Cualquier escritor puede crear una abreviatura para su uso particular.
No obstante, muchas abreviaturas tienen una forma convencional de uso general.
Debido a esta facultad del escritor suele ser una norma de estilo que las
abreviaturas particulares o las de uso específico sean recogidas en un glosario
al principio o el final de la obra (especialmente cuando ésta es extensa y
tiene formato de libro).
Métodos para abreviar:
Habitualmente se consideran dos formas normales de abreviación:
truncamiento y contracción. La primera implica la eliminación de la parte final
de la palabra (por ejemplo, av.
por avenida o c. por calle). Las abreviaturas obtenidas por truncamiento nunca pueden
terminar en vocal (por ejemplo, aunque en inglés es muy habitual, la
abreviación ave. por avenida es incorrecta en castellano).
En la construcción de abreviaturas por contracción se eliminan las letras
centrales de la palabra y se dejan solo las letras más representativas (por
ejemplo, avda. por avenida o cl. por calle).
En este segundo método, es habitual el uso de una letra o letras finales
voladas (por ejemplo, adm.or
por administrador o n. º por número). Estas letras voladas pueden escribirse subrayadas o sin
subrayar.
Como se indica más arriba, la norma de la Real Academia Española
(RAE) es que las abreviaturas siempre finalizan en un punto, a excepción de los
símbolos —que no son abreviaturas, aunque se confundan— y los acrónimos.
También se exceptúan a esta regla aquellas abreviaturas en las que el punto se
sustituye por una barra inclinada (/), como en los casos de calle (c/), cuenta corriente
(c/c) o cada uno (c/u).
Como se observa en el anterior ejemplo, cuando la abreviatura se compone de dos
palabras, el segundo punto y el espacio que separa a ambas palabras también se
eliminan. Otro caso de excepción a la regla del punto es el de las abreviaturas
que se escriben entre paréntesis (por ejemplo (a) por alias).
Por el contrario, sí se debe escribir el punto antes de las letras voladas (por
ejemplo, Sr. ª por señora o art. º Por artículo),
y esto incluye el uso del mismo en abreviaturas con numerales (por ejemplo, 3. º Por tercero o 1.er
por primer). Por otra parte,
cuando la abreviatura sea la última palabra de la oración, el punto que señala
el final de la misma sustituye al correspondiente punto de la abreviatura (por
ejemplo: Trajo escoplo, martillo,
llaves, etc.). No obstante, si la oración terminase con algún otro signo
de puntuación (típicamente, el signo de interrogación o exclamación, o los
puntos suspensivos [aunque queden cuatro puntos seguidos]), el uso del punto sí
se considera necesario para asegurar el entendimiento de la abreviatura.
Otra cuestión interesante es que las abreviaturas mantienen las tildes
de sus palabras de origen (por ejemplo, pág.
por página o admón. por administración), incluso en sus formas voladas (por ejemplo en C.ía).
Por lo general, el uso de mayúsculas en las abreviaturas corresponde al
contexto en el que aparecen. Por ejemplo, a. C. (y no A. C.)
por antes de Cristo, o a. D. g. por a Dios gracias. Sin embargo, hay
situaciones en las que esta regla no se sigue; por ejemplo: los tratamientos (D., Sr., S. A. R.)
siempre se escriben con mayúsculas, y algunas abreviaturas muy comunes (como P. V. P. o D. E. P.) siempre se escriben en mayúsculas.
Las formas plurales de las abreviaturas dependen de su forma de construcción.
Si la abreviatura se obtuvo por el procedimiento de truncamiento, la forma
normal de usarla en plural es mediante la adición de una -s al final (por ejemplo, págs.). Si el truncamiento sólo dejó
una letra (truncamiento máximo), el plural se expresa duplicando dicha letra
(por ejemplo EE. UU. Por Estados Unidos). En las abreviaturas
obtenidas por contracción, las reglas habituales de formación de plurales en
español son aplicables: -s si
la abreviatura termina en vocal y -es
si termina en consonante. Hay, no obstante, algunas excepciones, como la forma
habitual abreviada del plural de la palabra usted, que es Uds.
o Vds., y la forma habitual
abreviada del plural de la palabra peseta,
que es pts. Y no ptas. Las letras voladas utilizadas
en la formación de plurales también deben representar concordancia de número,
de modo tal que la forma correcta abreviada del plural de número es n.os.
Cuando la abreviatura se ha construido por el procedimiento de
contracción, el género de las abreviaturas (en las palabras con doble
terminación) puede reflejarse añadiendo una o o una a, según
sea masculino o femenino (por ejemplo, Abg.do
por abogado y Abg.da por abogada). En el caso de las palabras
cuya forma en género masculino termina en consonante y que son obtenidas por
truncamiento, la forma normal de escribirlas es añadiendo una a volada al final de la abreviatura
(por ejemplo, la forma recomendada por la RAE de la abreviatura para profesora es Prof. ª), aunque no es infrecuente detectar casos en los que la a agregada no tiene forma volada
(derivados de la dificultad en el uso de caracteres volados que había en las
máquinas de escribir antiguas). Las palabras que terminan en consonante y se
obtienen por contracción pueden utilizar cualquiera de las posibilidades
anteriores.
El uso de abreviaturas está fuertemente ligado a la presentación
impresa del escrito. Así, debe evitarse el uso de una abreviatura cuando sea la
única palabra que aparece en una línea del texto (en cuyo caso debe sustituirse
por la palabra no abreviada), y no se admite su uso para expresiones que
abrevian varias palabras cuando la abreviatura completa no puede escribirse en
la misma línea del texto. Por supuesto, esto ya deja entrever que no se permite
la división de una abreviatura al final de una línea.
Abreviaturas convencionales
Muchas
abreviaturas tienen una forma convencional tan extendida que su uso es casi
universal. En este tipo de abreviaturas, es importante fijarse en las letras de
las que constan (por ejemplo, Av.
o Avda.) y en la forma en que
se escriben (en mayúsculas o en minúsculas, singular o plural, con o sin
punto...). Estos son algunos ejemplos de abreviaturas convencionales:
- antes de
Cristo: a. C. (también a.
de C.)
- Anno
Dómini: A. D.
- administración:
admón.
- etcétera:
etc.
- por
ejemplo (lat.: verbi gratia): v.
g. o v. gr., más
comúnmente ej. o p. ej.
En realidad sería demasiado prolijo detallar en este artículo todas las
abreviaturas convencionales (la lista ofrecida por la RAE contiene casi 350 abreviaturas de este tipo).
De hecho, hay muchas más. Muchas se usan a diario y acaban incorporadas incluso
en el lenguaje hablado y en el diccionario normativo de la RAE como palabras de
derecho (como el caso de facsímile,
cuya forma abreviada fax se
incorporó al diccionario en la edición de 1992).
Las abreviaturas de los ordinales también siguen un convenio
normalizado: se escribe el numeral correspondiente y luego se añade la
terminación en forma volada (en función de que la palabra termine en -o o -a, apocopado -er);
por ejemplo:
- primero, primer (apocopado),
primera: 1.º, 1.er, 1.ª
- segunda: 2.ª
- tercer (apocopado): 3.er
- vigesimoquinto: 25. º
Uso de las abreviaturas
Según la RAE, su uso
no debe ser indiscriminado y debe ser eficaz. Por ejemplo, cualquier
abreviatura debe suprimir a las menos dos letras de la palabra abreviada, aunque
hay algunas abreviaturas de uso general que no cumplen esta norma. Tampoco es
adecuado utilizarlas con cantidades cuando estas están expresadas en letra. Por
ejemplo, es incorrecto escribir cincuenta
eur.; es más adecuado utilizar la palabra completa: cincuenta euros. Otra norma de estilo
consiste en no utilizar abreviaturas de tratamiento cuando la palabra abreviada
no precede al nombre propio. Por ejemplo, es incorrecto su uso en... un Sr. estaba..., siendo en este
caso necesario el uso de la forma no abreviada. Esta norma también es aplicable
al uso de abreviaturas que se refieren al tipo de vía.
CASOS
ESPECIALES DE CONCORDANCIA:
La concordancia es un
recurso gramatical de las lenguas para marcar las relaciones gramaticales entre
los diversos constituyentes
mediante referencias cruzadas. Se lleva a cabo requiriendo que la palabra que
ocupa una determinada posición sintáctica tome una u otra forma según algún
rasgo determinado por otra palabra con la que "concuerda" en ese
rasgo o accidente gramatical.
En muchas lenguas indoeuropeas
con flexión la concordancia afecta por ejemplo a alguno de estos rasgos: género gramatical,
número gramatical,
caso gramatical o persona gramatical).
También dentro de las lenguas europeas se distinguen al menos dos tipo de
concordancia: la nominal y la verbal.
Concordancia
en español:
Concordancia nominal
Es la coincidencia de género y número:
- Entre el sustantivo
y el artículo
o los adjetivos
que lo acompañan: la blanca
paloma; esos libros viejos
- Entre el pronombre
y su antecedente
o su consecuente:
A tus hijas las vi ayer; Les di tu teléfono a los chicos
- Entre el sujeto
y el atributo,
el complemento
predicativo o el participio
del verbo de la pasiva
perifrástica: Mi hijo es un santo; Ella se encontraba cansada; Esas casas fueron construidas a principios
de siglo*.
Concordancia verbal
La concordancia verbal
es la coincidencia de número gramatical
y generalmente de persona gramatical
que se da entre el verbo y su sujeto de la
misma: Ellos cantan muy bien.
En español dicha concordancia es obligatoria, salvo el caso de
oraciones impersonales
y en el caso del llamado sujeto
inclusivo: Los españoles somos
así.
USO CORRECTO DEL GERUNDIO:
Los correctores acostumbran a quejarse de los escritores “gerundinos”,
es decir de aquellas personas que hacen un mal uso de los gerundios, algo que
es bastante habitual. Para quienes les pueda interesar, he decidido copiar los
usos correctos de esta forma verbal.
Definición y
características del Gerundio
El gerundio pertenece junto al infinitivo y participio a las formas no
personales del verbo y una de sus principales características es que posee un
matiz de adverbio. Consigue crear un efecto de continuidad; tiene un carácter
durativo; extiende la acción, fijémonos si no en la siguiente frase: El
bolígrafo resbaló por el suelo escondiéndose detrás de la mesita.
Esta forma verbal puede manifestar un momento anterior (en acabando,
nos vamos. Es decir, “nada más acabar…”), coincidente (visitando
el zoo, fue donde conoció a María, o sea “mientras visitaba…”) o inmediatamente
posterior (salió enfadado, cerrando la puerta de un portazo, o sea “tras cerrar la
puerta…”) al momento indicado por el verbo principal con el que se encuentra
relacionado. De hecho, el gerundio nos señala el momento en que se realiza la
acción del verbo subordinante o principal; pero también puede significar una
condición (paseando
por la ciudad, se conoce a mucha gente, o sea “, si se pasea…”) o causa de la
acción principal (siendo del Norte el frío lo soportamos bien, o sea “Como
somos del Norte…”).
Usos Incorrectos:
Pero es totalmente incorrecto y, por tanto, rechazable el uso del
gerundio cuando este indica una posterioridad no inmediata respecto a la acción
señalada por el verbo principal.
Ejemplos:
-* Fui al gimnasio comiendo un bocadillo. (“Fui al gimnasio mientras comía
un bocadillo.” Se admite la sustitución, por lo que el gerundio es correcto.)
- *Ha habido un accidente, muriendo cuatro personas. (La
sustitución es incorrecta; debemos sustituir el gerundio por otra alternativa,
como por ejemplo “Ha habido un accidente, tras el cual han muerto cinco
personas”.)
Es un anglicismo el uso del gerundio con valor de adjetivo especificativo,
sobre todo, cuando hace referencia a cosas. Tampoco es correcto referido a
personas cuando éstas señalan cualidad, estado o acción muy lenta y no indican
una auténtica acción o cambio:
– *Ha salido una ley regulando los precios de la gasolina.
(En este caso lo correcto sería decir “reguladora o que regula los precios de
la gasolina”.)
- *Me mostraron una bolsa conteniendo armas. (En este caso lo
correcto sería decir “que contenía armas”.)
- *Se necesita asistenta sabiendo cocinar. (Lo correcto en
este caso sería “que sepa cocinar”.)
- *Juan está casado con Dolores siendo padre de tres hijos. (Lo
correcto sería “y es padre de…”.)
NOTA: son correctos, sin embargo, los sintagmas “agua hirviendo” y
“clavo ardiendo”.
Tampoco es correcto el gerundio que acompaña a nombres con función de
complementos indirectos o circunstanciales:
- *Me crucé con dos hombres propinándose puñetazos. (Lo correcto
sería “que se propinaban puñetazos”.)
- *He dado un euro a un pobre pidiendo limosna. (Lo correcto sería
“a un pobre que pedía limosna”.)
El gerundio no debe aludir a ninguna palabra que desempeñe en la
oración una función distinta a la de sujeto (caminando por el parque, me
encontré a un amigo) o de OD de persona, aunque en este último caso pueden
producirse ambigüedades como demuestra el siguiente ejemplo:
- *Vi a tu hijo bajando del avión. (Podemos preguntarnos: ¿Quién era el
que bajaba del avión?)
Y es que la ambigüedad acecha a muchas frases en que el gerundio
complementa a un OD. Por tanto, quizá sería preferible evitar frases como
éstas.
Por otro lado, el abuso de la perífrasis de gerundio (ESTAR SIENDO +
PARTICIPIO) con sentido de presente actual o habitual, durativo o imperfectivo,
es un anglicismo que conviene evitar, ya que este uso es más propio del inglés.
Además, ese valor del presente continuo entra dentro de los valores del
presente de indicativo, o puede hacerse explícito mediante la perífrasis SER o
ESTAR + PARTICIPIO. Sería, por ejemplo el caso de los siguientes ejemplos:
- *La propuesta está siendo estudiada con mucho empeño. (Sería mejor
decir que “se estudia o ha sido estudiada…”.)
Usos Correctos:
Es, sin embargo, correcto el gerundio cuando complementa a un sujeto y
constituye el centro de una proposición subordinada:
- Me acerqué a María deseando darle un abrazo.
- Los niños, jugando en el parque, se ensuciaron mucho. (De hecho
podríamos para comprobar su correcto hacer la siguiente sustitución “Los niños
cuando jugaban o mientras jugaban en el parque, se ensuciaron mucho”.)
Es, asimismo, correcto el gerundio que complementa a un OD de persona
(siempre que el verbo signifique acción o cambio); pero es a veces incorrecto
si el OD al que acompaña es de cosas:
- He visto a un niño durmiendo en la cuna.
*He visto un camino desprendiendo mucho polvo. (En este caso, sería más
correcto decir “que desprendía mucho polvo”.)
NOTA: No está del todo claro el límite entre la corrección y la
incorrección en este último caso, ya que parecen perfectamente aceptables
frases como las siguientes:
- He visto una estrella corriendo por el cielo
- Vi una hoja cayendo del árbol
Por último, la expresión “Como + gerundio” es correcta cuando se quiere
expresar una comparación; pero, por el contrario, utilizar esta construcción en
otros contextos sintácticos es un galicismo inaceptable:
- Habló como queriendo disculparse. (Uso Correcto. Además podría
sustituirse para su comprobación por “igual o lo mismo que si…”.)
*- Rechazó los argumentos como siendo carentes de razón. (Sería
mejor decir: por
ser carentes de rezón.)
Por último, hoy se considera arcaica la construcción “En + gerundio”
aunque todavía se encuentra en algún texto escrito con el significado de
inmediata anterioridad. En el castellano antiguo fue muy frecuente con el valor
de “coexistencia en el tiempo”.
- Llamaré por teléfono, en llegando a casa. (Uso un poco
extraño, pero correcto.)
Conclusión:
Muchas veces por el desconocimiento de las funcione y significado de
esta forma verbal, o bien por influencia de otras lenguas como el francés y el
inglés tenemos dudas y dificultades para emplearla o la empleamos mal. Algunas
veces se solucionan esto problemas evitando su uso, pero este hecho va en
detrimento de nuestra expresión lingüística, ya que el correcto uso del
Gerundio enriquece, sin duda, nuestro lenguaje.
DEQUEÍSMO:
El dequeísmo es, en idioma español, la utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción "que" en oraciones
completivas u oraciones sustantivas de objeto directo.
Ejemplos de esta ultracorrección son:
Me ha dicho de que vendrá mañana por la tarde
(no normativo)
— Me ha dicho que vendrá mañana por la
tarde (normativo).
Pensó de que la tierra era redonda
(no normativo)
— Pensó que la tierra era redonda
(normativo).
Opinaban de que las elecciones estaban amañadas
(no normativo)
— Opinaban que las elecciones estaban
amañadas (normativo)
Análisis:
El dequeísmo es un anacoluto que
deriva del cruce de dos estructuras sintácticas, la de complemento directo
y la de complemento de régimen
o, en la terminología de Emilio Alarcos Llorach,
suplemento:
Pensó ("de eso") que no era lo correcto
= *Pensó de que no era lo correcto.
Mientras que el dequeísmo es siempre una ultracorrección, el fenómeno
contrario es una manera habitual de hablar para una mayoría de hablantes: la
supresión de un dé en la
construcción de un complemento de régimen o suplemento (antidequeísmo, queísmo). Por otra parte, algunos verbos vacilan
en su construcción con que o
con de que, en ocasiones con
sutiles diferencias de significado:
Le advierto que...
/ le advierto de que....
Uso normativo:
Algunos sistemas para saber si es normativo
utilizar la preposición de o no
son los siguientes:
- Sustituyendo la oración
subordinada (desde el que en adelante) por un
pronombre como algo o un
sustantivo este suceso.
Ejemplos:
- Le
informo de que el plazo finalizará en 3 días
-> Le informo de este suceso,
le informo de algo ->
Es normativo utilizar de que.
- Le
comunico que el plazo finalizará en 3 días
-> Le comunico este suceso,
le comunico algo -> No
es normativo utilizar de,
sólo el que.
- Otro procedimiento que puede servir
en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de
«preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado
dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la
preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la
pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad
enunciativa:
- ¿De
qué se preocupa? (Se preocupa de que...);
- ¿Qué
le preocupa? (Le preocupa que...);
- ¿De qué está seguro? (Está
seguro de que...);
- ¿Qué
opina? (Opina que...);
- ¿En
qué insistió el instructor? (Insistió en
que...);
- ¿Qué
dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que... o
dudó de que...);
- ¿Qué informó [Am.] o
de qué informó [Esp.] el
comité? (Informó que... [Am.] o informó de que... [Esp.]).
CONCLUSIÓN:
Este trabajo sirve de ante boca, a
una de las funciones más básicas de un idioma como lo es la gramática.
La función es conocer algunos aspectos que se
desarrollaron en el transcurso del estudio de la gramática como parte esencial
de la vida diaria, si basamos los conocimientos adquiridos a unos pocos
conceptos nos quedaría algo así:
La lengua escrita posee un sistema
notacional; éste es entendido como un conjunto de signos gráficos que tienen
reglas que se deben respetar.
El dequeísmo es, en idioma español,
la utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción
"que" en oraciones
completivas u oraciones sustantivas de objeto directo.
La concordancia es un
recurso gramatical de las lenguas para marcar las relaciones gramaticales entre
los diversos constituyentes
mediante referencias cruzadas. Se lleva a cabo requiriendo que la palabra que
ocupa una determinada posición sintáctica tome una u otra forma según algún
rasgo determinado por otra palabra con la que "concuerda" en ese
rasgo o accidente gramatical.
BIBLIOGRAFÍA:
Morral, C. Por los senderos de la
ortografía. 1996, edita. Universitaria, quinta edición.
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